La exactriz porno nos sorprende con un nuevo giro en su carrera artística: la chica ahora es DJ y le tira la EDM
“Amigos, sólo dejadme
decir que la Sasha Grey que creéis conocer es una gran mentira, os lo
puedo asegurar”. Con esas palabras despachaba Ian P Cinnamon a la que fue su
compañera sentimental y artística durante años en la entrevista que nos
concedió al hilo del monstruoso mix que grabó para PlayGround. Puede que
sus palabras estuvieran motivadas por el despecho, o puede que tuvieran
fundamento más allá del comprensible rencor que mana de un corazón malquerido.
Hasta hace no
tanto, Sasha Grey era el sueño chorreante de hombres y mujeres con
tendencias filo-oscuras. Desde que abandonó su carrera en la industria del cine
porno, la actriz fue redefiniendo su persona pública gracias a su asociación
con el círculo neo-goth del sello neoyorquino Pendv Sound, a sus colaboraciones
con héroes veteranos como Current 93 o X-TG (la aventura de varios miembros de
Throbbing Gristle) o a su participación en aTelecine, el proyecto experimental
que compartía con Cinnamon, interesado en las digresiones proto-industriales,
el electro-pop más maquinal, el ambient oscuro y el ruido. Todas esas
asociaciones le brindaron a Grey una pátina de credibilidad y una supuesta
inquietud intelectual de la que ha sabido sacar buen partido en los
últimos tiempos. Hasta el punto de convertirse en algo parecido a una musa del
underground experimental de visos dark. Pero algo ha cambiado. Sasha
quiere ser DJ. Y su maleta esta llena de... EDM.